Estamos a mediados del año 2022 y el comentario generalizado estos días ha sido, lo rápido que ha pasado la primera mitad del año.
Los acontecimientos que estamos viviendo son demasiado acelerados, ni siquiera hemos salido de la pandemia de covid-19, cuando estalla la guerra en Ucrania, suben los precios de las materias primas, se caen las bolsas, las criptomonedas se desploman y para usted de contar.
Desde principios de los años 90 y a raíz de la aparición del internet y la caída del muro de Berlín, esta “velocidad” de cambios acelerado la llamamos: VICA.
Es la descripción de un mundo Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo. Un escenario donde no hay cambios lineales sino exponenciales.
Vale un dato para explicar esto, en diciembre de 2019, la plataforma Zoom realizo 10 millones de transmisiones.
En marzo 2020, hicieron 200 millones de transmisiones y en abril del mismo año, cuando ya una gran parte de la población de planeta estaba en cuarentena, 300 millones de reuniones utilizaron esta tecnología.
Reinventarse se convirtió en la premisa cotidiana, no solo a nivel personal sino, también en el ámbito de empresas y organizaciones.
Según el Banco interamericano de desarrollo, la pandemia destruyó de golpe, en su punto álgido, más de 31 millones de empleos en América Latina y el Caribe, una cifra sin precedentes para el mercado laboral de la región, sin embargo, no todos los cambios en el mercado de trabajo han sido negativos. Esta crisis trajo consigo nuevas posibilidades de acelerar la transformación de los mercados laborales.
El teletrabajo o una forma híbrida presencial-remoto, se ha establecido después que, en junio de 2020, entre un 20 % y un 40 % de los trabajadores en México, Chile o Uruguay pudieron acogerse a alguna modalidad de trabajo en remoto.
¿Estábamos preparados para esto?
Definitivamente no.
Si bien es cierto, la llegada de la transformación digital preveía cambios muy importantes, en el área laboral, para mediados de esta década, no es menos cierto que muchas personas y organizaciones estaban enfrascados en la resolución de otros desafíos al momento de presentarse la pandemia.
Lo medular es que esta circunstancia puso de manifiesto que los seres humanos que vivimos esta era necesitamos aumentar nuestras habilidades adaptativas (siempre la hemos tenido, es la razón fundamental por la que sobrevivimos a todo evento) y en paralelo requerimos disminuir nuestra resistencia a los cambios.
Si hay algo que el “buen coaching” hace es precisamente eso. (entiéndase buen coaching al ejercicio de la actividad basado en maestrías y no al uso desde el punto de vista de marketing de la palabra coaching para cualquier actividad que nada tiene que ver con coaching).
El buen coaching crea, mediante una conversación provocadora, la apertura de posibilidades y el aumento de la consciencia, con lo cual, el cliente aterriza en su presente y realidades para diseñar las acciones que construye su mañana.
Esos resultados en el mundo VICA, se traducen en números como estos:
Según el portal de negocios Dugudd-Hoy, se espera que el coaching en términos de negocios crezca por encima de los que crecerá la economía global.
El diario National Post estima que la cifra de crecimiento para la actividad será 6.7 % este año.
Mientras, la empresa Human Capital Institute (HCI) indicaba en 2019 que el 33 % de las empresas invertirían en procesos de coaching, en 2022 la empresa Global Impact estima que lo harán el 58 % de las empresas encuestadas.
En la necesidad imperiosa que surgido de reinventarse para abordar los cambios todos, absolutamente todos, estamos en este momento en procesos de: desaprender, aprender y reaprender.
Otro escenario es el coaching deportivo, que además de lo descrito anteriormente, después de los casos de Naomi Osaka en tenis, Simone Biles en gimnasia, quienes abandonaron sus respectivas competencias por fatiga mental (Roland Garros y Juegos Olímpicos respectivamente) por nombrar solo dos casos, ha hecho patente la necesidad de los atletas de entrenar su fortaleza mental y emocional, además del entrenamiento físico, a lo que no escapan otros seres humanos.
Por ello, es que no tengo ninguna duda en afirmar que, Coaching realizado profesionalmente y con una consciencia clara de que, al momento de dedicarse al coaching, usted se declara además un emprendedor, lo que conlleva unas actividades muy específicas de marca personal y marketing, es una profesión con más futuro que pasado.
Guilian G. Carlotti R.
High Performance Mentor Coach.
IAC-CM Coach
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