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El encuentro entre el Coaching y el Mentoring

El encuentro entre el Coaching y el Mentoring.

El encuentro entre el Coaching y el Mentoring

Lo primero que debemos dejar perfectamente claro es que el coaching y mentoring son actividades que tienen metodologías y finalidades absolutamente distintas.

Coaching persigue la idea de que el cliente encuentre aprendizaje y sabiduría dentro de si mismo.

Mentoring tiene la finalidad de formar bajo el consejo de una persona (mentor) que tiene la experiencia.

El punto de encuentro entre ambas disciplinas está en la voluntad de aprender, crecer y adaptarse de la persona que recibe coaching o mentoring.

En todo caso, el desarrollo de la persona involucrada se hace evidente y está directamente relacionada con la capacidad para alcanzar su punto máximo en “motivación, compromiso, desempeño, persistencia y creatividad”. El trabajo de un coach (y también del mentor, según mi opinión) es asegurarse de que el proceso de en un ambiente que permita la posibilidad de tres necesidades psicológicas: la autonomía, la competencia y la relación, tal como las definen Deci y Ryan (1985).

El coaching, según la Internacional Association of Coaching (IAC), es: “un proceso de transformación dirigido a la toma de consciencia, el descubrimiento y el crecimiento personal y profesional”.

Este proceso de toma de consciencia solo es posible en un ambiente de confianza. No es casualidad que la maestría #1 de la IAC es: Mantener y establecer una relación de confianza. Ello deriva en la posibilidad de una interacción entre el coach y su cliente de autenticidad y la posibilidad de vulnerabilidad por parte del cliente en la sesión, lo cual constituye un factor primordial para alcanzar los resultados esperados del proceso.

 En este ambiente de confianza, el cliente tiene espacios de reflexión profunda, producto de una conversación “valiente” con su coach que en muchos casos le hace las preguntas relacionadas con el tema de la sesión, que él nunca se hubiese hecho.

El proceso permite al cliente expandir su potencial al identificar: habilidades, fortalezas, oportunidades; así como una amplia gama de recursos internos (valores, creencias, reglas de conducta). 

Desde estos espacios de reflexión es posible conectar con emociones, como: inspiración, esperanza, orgullo, amor, diversión, alegría, gratitud, serenidad, compasión, empatía e incluso el miedo. Cabe destacar que cada vez que el miedo se presente, el coach invitará a la gestión de esta emoción, reconociéndola como una emoción más y explorándola como algo natural para el ser humano.

Como pueden ver, la mayoría de estas emociones son positivas y gracias a ellas, según demostró la psicóloga e investigadora – Bárbara Fredrickson, quien desarrolló la Teoría de la Amplitud y Construcción de Emociones Positivas, (1998, 2001).

 Gracias a estas emociones, podemos aumentar nuestra gama de recursos, ofreciendo respuestas más creativas, innovadoras y flexibles, frente a determinados estímulos. 

Reconocer una emoción positiva y relacionarla con lo que nos pasa es saludable, motivador y nos permite conectar con recursos psicológicos de largo aliento que aumentan nuestra creatividad, capacidad de aprendizaje y la posibilidad de crear vínculos afectivos con otros seres humanos. Esto nos brinda la capacidad de ser perseverantes en nuestros objetivos de largo plazo, manteniéndonos motivados hasta lograr la meta y es lo que se llama: un espiral ascendente.

Con el escenario del coaching cubierto, vayamos al mentoring.

La American Phychological Association (APA), el mentoring es: “una relación de desarrollo profesional” que tiene dos funciones.

La primera está relacionada con la carrera, colocando al mentor como un entrenador que brinda consejos y transfiere conocimientos. La segunda es prosocial y coloca al mentor en una posición de modelo a seguir y sistema de apoyo.

La APA realizó un estudio en 2006 que llego a la conclusión que las personas que reciben mentoring están más satisfechas y comprometidas con sus trabajos, a la vez que tienen resultados por encima del promedio en las evaluaciones de desempeño.

Como podemos ver, coaching y mentoring apuntan al desarrollo de las personas, mejorando sus vidas y sus carreras. Mentoring haciendo preponderante lo altitudinal y el coaching en lo actitudinal.

Lejos de pensar que son metodologías que compiten, debemos comprender que se pueden complementar una con otra en beneficio del cliente.

Como escribimos al principio del artículo, hay un encuentro que está relacionado con la disposición de un ser humano en trabajar para lograr un balance entre su identidad y bienestar y los logros que lo hacen tener la noción que sea realizado como persona.

Guilian G. Carlotti R.

High Performance Mentor Coach.

IAC-CM Coach

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